Ebrard vs AMLO, ¿a quién le va?
Roberto Vizcaíno martes 25, Sep 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Marcelo se ha propuesto refundar al PRD, acabando con las rijosas tribus internas
- López Obrador buscará establecer un nuevo modelo político basado en la ética
- Mancera dice que él no juega, y que se va a dedicar a darles respuesta a quienes votaron por él
Al parecer con el mismo pulso del terreno donde se mueven, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard escogieron dos diarios (Reforma y El País), para difundir sus proyectos políticos e informarnos a todos sobre sus perspectivas de futuro.
En sendas entrevistas aparecidas el mismo día, el domingo pasado, gracias a sus entrevistadores los dos se muestran como son y colocan sobre la mesa pública dos proyectos absolutamente distintos que a otros podrían parecerles utópicos:
-López Obrador anuncia no sólo la creación de un nuevo partido político (Morena) para lanzar su tercera candidatura presidencial dentro de 6 años, sino transformar la mentalidad y conducta de los mexicanos para erradicar la corrupción y lograr que la justicia se imponga sobre el poder… hasta que exista otro ‘molde’ para hacer política, y que esta sea un imperativo ético. Mientras eso no ocurra, él seguirá insistiendo en ser Presidente de México y actuando en política. “Aunque me quede solo”, advierte.
-Ebrard por su parte anuncia que va por la refundación del PRD a fin de convertirlo en una fuerza de centro-izquierda, alejada de facciones y de la protesta callejera.
Es decir, va a la construcción de una izquierda para gobernar, no para protestar. Más académicamente preparado que AMLO, con una historia de poder quizá más larga que la del tabasqueño, el análisis de Ebrard considera las variables electorales y sociológicas: tal como está, la izquierda es hoy la segunda fuerza; si se eliminan los radicalismos y se disminuye la protesta callejera que no le gustan a las clases medias, si se plantea un buen proyecto de gobierno, se puede finalmente acceder a la Presidencia de la República, dice.
Mientras López Obrador basa su proyecto en la búsqueda de la honestidad nacional como el eje del cambio estructural, Ebrard habla de impulsar una reforma fiscal que grave a los privilegios y no a los más pobres al tiempo de avanzar sobre una gran reforma educativa de largo plazo.
Más directo y preciso, Ebrard advierte que la ventaja de su proyecto es que el PRD es un partido de muchos y Morena sólo de uno solo: López Obrador.
La desventaja del PRD es su faccionalismo.
El jefe de gobierno del DF saliente (dejará el cargo el 5 de diciembre a Miguel Ángel Mancera), advierte que la salida de López Obrador del PRD es hoy el principal elemento a favor de reconstruir al partido del sol azteca.
La competencia que eso significa para los perredistas, los obligará a plantearse a ir al cambio que han eludido desde hace muchos años.
Contra lo que propone el tabasqueño, Ebrard advierte que la izquierda debe alejarse de carismas para ir por prestigios políticos y a ocupar una centroizquierda basada en una oposición más informada y crítica, pero más sensata.
“Mucha gente se alejó del partido (el PRD) porque no les gusta su burocracia, sus facciones. Hay que convocar a la construcción de la centroizquierda antes de diciembre, y después celebrar el congreso. Somos la segunda fuerza nacional y hay que jugar ese papel. Si utilizamos un discurso ideológico muy genérico probablemente nos vamos a aislar. El programa esencial del PRI tiene el consenso del PAN. Es una cosa extrañísima en México: las reformas pendientes del partido que se va son las que trae el señor que entra”, explica.
¿Qué se requiere para que el PRD alcance todo esto?
“Necesita otra dirección, otros estatutos y resolver los procesos de selección de candidatos. Hay que refundar el partido y celebrar un congreso. ¿Qué nos puede llevar a hacerlo? (precisamente) La competencia con Andrés Manuel”, agrega.
Ebrard asegura que será en las elecciones federales de 2015 cuando se vea cuál de ambos proyectos, el de él y el de AMLO, va adelante, porque la decisión del tabasqueño de construir su propio partido y la del PRD de refundarse, va a derivar en una nueva correlación de fuerzas dentro de la izquierda.
Una vez que eso ocurra se verá quién es quien.
Luego de que eso ocurra el otro gran reto, afirma el jefe de Gobierno, es que el PRD logre incluir al norte y al occidente del país, “regiones que nunca van a respaldar una opción radical”.
A su vez López Obrador advierte que él no está viejo, que apenas va a cumplir los 59 años de edad y que entre los más ricos del país hay gente con más edad que él.
Y adelanta:
“Voy a luchar toda mi vida por mis principios, por mis ideales. Aunque me quede solo, nunca voy a dejar de luchar. Es una convicción. Dejar de luchar es como empezar a morir”.
De ahí que en los próximos años, donde haya un conflicto o un atropello social, él estará con su partido Morena para protestar y apoyar a los desvalidos.
¿Hasta cuándo va a dejar de ser candidato presidencial?
“Cuando los ciudadanos, la gente decida que ya no debo de ser candidato, pues ya no voy a ser candidato. Voy a seguir luchando sin ser candidato, pero eso lo va a decidir la gente. Nadie más”.
Y, sin explicar cómo lo lograría, afirma:
“El país va a progresar si se acaba la corrupción, si impulsamos actividades productivas, si generamos empleos, si mejoramos las condiciones de vida de la gente. Es falso que el país no avance porque no se han aprobado las reformas estructurales. Para empezar, ya casi todo está aprobado”.
Dos personajes, dos visiones de México y su futuro, dos proyectos de poder basados en principios absolutamente distintos.
Sus entrevistas advierten que la primera batalla para obtener el poder será entre ellos.
Marcelo Ebrard acepta que un tercer contrincante dentro de la izquierda para competir en el 2018 es Miguel Ángel Mancera, a quien él le entregará el poder de la capital el 5 de diciembre próximo.
“El DF premió el perfil de Miguel Ángel, que no es militante del PRD, y logró un voto que nunca ha sido perredista y que está ahí. Eso es importante”, precisó.
¿Y qué dice sobre esta perspectiva este casi seguro tercer contrincante?
Mancera descarta competir con Ebrard en 2018
“Yo no puedo ser competencia, porque vamos a estar empezando un trabajo en el que nos vamos a concentrar… ese es mi objetivo, trabajar para esta ciudad. Son largos seis años, los que hay que estar ocupados en los temas solamente del Distrito Federal”.
Pero no elude hablar de qué es lo que se debería hacer para colocar a la izquierda como una opción de gobierno en el 2018.
“Lo que puedo decir es que debe hacerse un proyecto unificado y ese proyecto unificado es lo que da fuerza, ya ha sido demostrado”.
Al deslindarse de la competencia, Mancera recurre al viejo y probado mecanismo político de no exponerse cuando apenas comienza, cuando es más débil y vulnerable.
Quizá por eso es que hoy anda en China.
NO SERÁ FÁCIL
Mientras López Obrador, Ebrard y Mancera avanzan cada uno en sus respectivas estrategias y proyectos, la realidad dentro de la izquierda advierte que su modernización y alineación a un proyecto de gobierno no será para nada fácil.
Las conclusiones del más reciente Consejo Nacional de Izquierda Democrática Nacional, la corriente –o tribu– liderada por la dupla René Bejarano-Dolores Padierna señalan que el faccionismo no será erradicado pronto del PRD.
Los miembros de IDN –bajo la conducción de Bejarano y Padierna–, decidieron fortalecer su corriente, la segunda más importante dentro del PRD, a través de realizar una afiliación masiva misma que demostrarán con una gran concentración a realizarse en el Zócalo del DF en octubre del próximo año.
La primera fuerza dentro del sol azteca es la corriente Nueva Izquierda que comandan Jesús Ortega y Jesús Zambrano, misma que detenta la mayoría de los cargos de dirección en este partido y dentro de las bancadas perredistas en el Senado y la Cámara de Diputados.
Después de eso hay una decena de otras pequeñas corrientes —o tribus, como ellos mismos se denominan–, que actúan escandalosamente en cada foro o evento político.
Esto es lo que quiere Ebrard cambiar en los próximos meses y años para construir el PRD de centroizquierda que compita primero contra Morena de AMLO y luego por el poder en 2018 .